Saber,
Osar, Querer, Callar. Estos Cuatro
Verbos representan las bases para el trabajo y desarrollo en la
Magia. Corresponden con los Cuatro Elementos más conocidos y con
cuatro actitudes que todo buen mago debe poseer. Son mencionadas tanto por Agrippa en su Filosofìa Oculta como por Levi en el Dogma y Ritual de la Alta Magia, y son consideradas como Cuatro Pilares que sostienen el Templo del Mago tanto en su estudio comoo en su pràctica.
Saber
se refiere a que el Mago debe tener una mente despierta y ávida de
saber y conocimientos. Dicha avidez de conocimiento puede llevar al mago a acumular una gran cantidad de material teórico, idealmente contrastado con los resultados que apoorte la ezperimentación. El mago busca "saber", comprender las realidades ocultas de la Naturaleza, del Universo, de si mismo, poe lo cual no basta con sólo limitarse a leer, escuchar, covnersar o discutir. No busca supersticiones, busca Conocimiento. Se relaciona con el elemento Aire, el elemento
del intelecto.
Osar
se refiere a que el mago debe contar con el valor y la voluntad
necesarios para llevar a cabo su trabajo. El Mago posee el valor del
Fuego. Nada consigue quien se queda sentadoo, contemplando el mundo o pensando acerca de "la inmortaldiad del cangrejo". Uno debe "ensuciarse las manos", atreverse a encender las velas, recitar las invocaciones, trazar los símbolos, llamar a los àngeles, elementales o cualquier entidad con la que se desee trabajar. Atreverse es otra forma de llamar a este Verbo, pues, asì como el mago debe rechazar las supersticiones, la mejor forma de ponerlas a prueba es "atreverse" a ponerla a prueba. Se relaciona, pues, al Fuego, el elemento del valor, del coraje, de la voluntad.
Querer
se refiere a que, junto con atreverse a hacer, el Mago debe querer
hacer, es decir, estar emocionalmente comprometido y
dispuesto a llevar a cabo su trabajo. Es necesario, además, despertar las emociones relacionadas con el objetivo (sin dejar invadirnos por ellas) de manera que neustra energìa personal, unida a la energùa aportada por elementos o entidades externas, pueda trabajar en conjunto en pos de aquello que buscamos. Despertaremos la mayor compasión popsible en experiencias orientadas a la uniòn con la divinidad, o el mayor odio en trabajos orientados a las maldiciones y trabajoos de destruccón. Se relaciona al Agua, el
elemento de la emoción.
Callar
se refiere a que, pase lo que pase, un Mago no habla de su desarrollo
o de sus trabajos con los “profanos”, quienes no son capaces de
comprender su Camino. Antiguamente se prohibía a los aprendices
hablar de sus secretos o de sus condiciones. Comentar un determinado experimento podría provocar que, nuestro interlocutor, quizás inconscientemente, pueda proyectar energías qure podrúan resultar contraproducentes para nuestros objetivoos, sin mencionar que, de los cuatro, es uno de loos ñás importantes para varios autores. Se relaciona con la
Tierra, el elemento del Silencio.
Adicionalmente, Agrippa combina estos Cuatro Verbos, creando pares que llaman la atención por llegar a ser complementarios de cada uno de estos verbos. Puestos estos conceptos en una
tabla y combinados en pares, tenemos diez y seis combinaciones del
tipo:
Saber
saber; saber osar; saber querer; saber callar.
Osar saber;
osar osar; osar querer; osar callar.
Querer
saber; querer osar; querer querer; querer callar.
Callar
saber; callar osar; callar querer; callar callar.
Cada
una de estas combinaciones indica una virtud combinada. Así, «Saber
saber» implica saber, pero teniendo conciencia de lo que se sabe, de
cómo se sabe y de aquellos que no se sabe. «Saber osar» se refiere
a tener claro con qué empresas es correcto arriesgarse y con cuales
no; una cosa es ser valiente, otra, estúpido. «Saber querer»
significa tener las cosas claras en relación a nuestras verdaderas
intenciones al obrar, sabiendo que actuamos porque
queremos actuar, siendo sinceros con
nuestras propias intenciones.
Interesante análisis...
ResponderEliminarQue genial, muy interesante!
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